Hace 11 años | Por antroxu a sinpermiso.info
Publicado hace 11 años por antroxu a sinpermiso.info

Un vendedor de preferentes, director de una sucursal bancaria que coloca a sus clientes y amigos un producto financiero tóxico, ¿es un cómplice de la estafa o un estafador a secas? Esta es la pregunta que no queremos hacernos porque nos lleva inevitablemente a un viejo recurso: el empleado que cumple órdenes, orgulloso de su papel. “¡Si no lo hago, me echan!”. Es curioso cómo se ha avanzado en la fisonomía del cómplice. Antes había que echar mano de Dostoyevski y la conciencia culpable.

Comentarios

iramosjan

Cuidado, que en eso de "producto financiero tóxico" hay oculta una trampa para osos. Una preferente era un producto con elevado beneficio... y cierto riesgo asociado (nadie da duros a peseta, una vieja máxima que todos deberíamos llevar grabado en la mente cuando entramos en una tienda, junto con otra, que el banco NO es tu amigo sino una tienda que quiere venderte algo). El artículo asume así, porque sí, que el vendedor sabía que las acciones de Bankia se hundirían. No es tan simple ni mucho menos.

No se puede soltar así como así que "El vendedor de preferentes es un delincuente". Ni siquiera añadiendo un presunto delante, cosa que por cierto el artículo no hace, los llama delincuentes y punto. Quien haya vendido preferentes ocultando que no eran 100% seguras debería responder por ello, pero - como en el caso de los famosos sellos - los compradores no eran todos tiernos ancianitos sordomudos analfabetos con síndrome de Down. Muchos sabían muy bien lo que estaban haciendo - o eso creían - y pensaron que como Bankia era "too big to fail" no podían perder.