La Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de San Sebastian han suscrito un convenio que permitirá el próximo año desenterrar los restos de Cándido Saseta, comandante de Euzko-Gudarostea, y de otro centenar de gudaris que murieron el 23 de febrero de 1937 en el frente de Asturias durante un combate con las tropas franquistas en la localidad de Areces, y cuyos cuerpos fueron enterrados en una fosa común.
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37 años de democracia y seguimos desenterrando luchadores por el régimen republicano legítimo. Y Garzón inhabilitado,