Hace 12 años | Por daniplax_1 a diaridegirona.cat
Publicado hace 12 años por daniplax_1 a diaridegirona.cat

El articulista critica la intervención del consejero Felip Puig ya que considera que protagonizó una campaña de desinformación asustado a la gente con el tiempo. Traducción en los comentarios.

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ﻞαʋιҽɾαẞ

Qué ganas tengo de que venga el buen tiempo para leer meneos sobre la ola de calor en Europa.

daniplax_1

El articulista critica la intervención del consejero Felip Puig ya que considera que protagonizó una campaña de desinformación asustado a la gente con el tiempo

JOAN VILA Estos días tenemos que convivir con un frío profundo, hecho no habitual en nuestra región. Hacía una semana que sabíamos que este se acercaba, y hacía tres días que sabíamos que podría nevar. Las previsiones meteorológicas en nuestra casa no son fáciles. Los modelos aciertan fácilmente una entrada de aire frío, pero lo tienen más difícil cuando tienen que afinar si lloverá o nevará debido a que los vientos cambian radicalmente las previsiones. Si se pone una baja presión frente al mar y nos envía vientos húmedos sabemos que habrá precipitación. Pero sólo con que la borrasca se mueva arriba o abajo, y los vientos no vengan directamente de levante, la previsión falla. Los frentes que vienen de poniente (la mayoría) llegan aquí desgastados, sin humedad debido a que han atravesado la península ibérica y se han secado. Pero lo que más afecta la previsión es la dirección del viento y el dominio sobre ellos de las montañas. Esto hace que, al menos en el Valle de Camprodon, las predicciones de los meteorólogos no tengan precisión. Es eso mismo que me ha empujado a mirar los modelos meteorológicos y el cielo, haciendo la propia previsión, porque si hiciéramos caso de las predicciones oficiales no saldríamos nunca de excursión.
Lunes nos pedíamos a las redes sociales la razón por la que Meteocat, la web de la Generalitat en meteorología, no preveía la posibilidad de nevadas el miércoles y jueves. La situación de viento de gregal con la bolsa de aire frío hacía posible que, cuando en un momento las líneas de viento giraran de mar a tierra, hubiera una nevada. Finalmente el martes se predijo la posibilidad que el miércoles podría nevar. Fue entonces cuando el consejero Felip Puig comenzó una campaña de desinformación, asustado a diestro y siniestro, anunciando el fin del mundo, suspendiendo clases, transporte escolar, casi provocando pánico. Había la posibilidad de la nevada, pero en situación de viento de gregal, con la influencia de viento del norte en el Ampurdán, podía ocurrir que el frente frío no entrara, o que se quedara en poca cosa, tal como ocurrió. En la red hicimos cachondeo, siguiendo el radar, con la nube quieto ante el cabo de Creus y el cabo de Begur, que no entra, que no entra ...
El conseller se ha excusado que, con los datos que tenía, ahora haría lo mismo. Defendió sus meteorólogos diciendo que a pelota pasada es muy fácil, que estos adivinan más que los economistas, ... El consejero es ingeniero de caminos, habituado a cálculos exactos y no entiende que la meteorología no tiene nada de exacta, que es totalmente probabilística y que como tal debe tratarse. Las previsiones del tiempo se han de ver siempre con relativismo, sabiendo que todo puede cambiar en pocos momentos. La situación del jueves era la misma que la previsión de un chubasco de verano: no sabes nunca dónde caerá. Si el consejero no hubiera sido tan fundamentalista habría cambiado el tono de su intervención, el jueves no habría decidido suspender el transporte escolar en muchas comarcas, habría esperado tomar la decisión a las seis de la mañana y lo habría comunicado a la prensa y en la red social para su difusión antes de ir a la escuela. Habría hecho justo lo que hacemos nosotros cada domingo, no creer la previsión del todo y esperar una hora antes de salir para afinarla.
Convivir con frío intenso es toda una cultura. Recuerdo viajes en enero en Suecia, Finlandia, Rusia y Minneapolis, y me sorprende la normalidad con la que viven estos territorios temperaturas de -25 º. Un día pedí como lo hacían por no tener accidentes con los coches. No creas, me dijo mi anfitrión, el primer día que nieva es un caos, después todo el mundo cambia los neumáticos y se acaban los problemas.
Vivir con frío intenso implica adaptar el coche, con ruedas de contacto, combustible con anticongelante, calefacción exterior del motor cuando está parado en la calle (tienen enchufes como los que cargan los coches eléctricos), no poner el freno de mano, ... Las casas están preparadas, con espesores de aislantes de 40 cm., Tuberías de agua enterradas a 1 m., Calefacciones y líneas eléctricas bien dimensionadas, toda una manera de hacer fruto del sentido común. La vida se hace siempre dentro, yendo de casa al trabajo, del trabajo a hacer la compra o el ocio, y dentro de casa. Por la calle casi no va nadie caminando, no siendo muy agradable tener que hacer entre aceras que no se ven por la nieve, heladas, y con la única seguridad de gravilla esparcida.
Es evidente que aquí no se debe copiar punto por punto lo que se hace allí, pero podemos sacar detalles, como exigir buenas líneas eléctricas, aislar las casas con 10 cm., Soterrar las entradas de agua al menos 20 cm, construir con cierres y cristales de calidad, ... y no alarmar cuando viene una nevada.
En los países nórdicos no pueden parar las fábricas de pasta y de papel durante el invierno porque se congelaba parte del proceso. No paran en Navidad, ni el día de cabeza? De año, ni para que haya sobreproducción en el mercado, por este hecho.
Se puede entender que un político no quiera la responsabilidad de un accidente de transporte escolar, pero al límite esto nos llevaría a decir que se elimina el transporte a partir del 1 de diciembre hasta finales de febrero para evitar el riesgo. Absurdo, ¿no? Igualmente absurda es la decisión de suspender cuando no se sabe si nevará. A todo este clima se añaden los expertos a hacer campanas en el trabajo, los universitarios y los parlamentarios. Sería decente que nos dijeran qué harán para recuperar el día de trabajo que perdieron tan alegremente. En el resto del mundo de trabajo esta práctica se hace. En caso de no ser así tendremos que creer que su trabajo no tiene importancia y que por tanto son sobrantes.