La narrativa norcoreana sobre la guerra: una epopeya nacional de ochenta años contra los imperios japonés y americano, con los colaboracionistas del Sur detrás de ambos.
Ojo, es un artículo antiguo (de 29/11/2010) y por eso no lo he puesto en actualidad. Pero tampoco lo he etiquetado en hemeroteca y sí en historia porque es un análisis de la situación que vive Corea del Norte hoy a lo largo de los conflictos bélicos que ha mantenido en el último siglo.
Yo creo que aporta una visión bastanete interesante, objetiva y bien documentada. He llegado a esta noticia a través de esta nota: @sintesisnianalisis y si tiene el sello de aprovación desintesisnianalisis para mí es suficiente.
Del artículo me quedaría con este párrafo:
Corea del Norte es un estado hipernacionalista y postcolonial, obsesionado por la amenaza en la que siempre ha vivido, en el que los valores confucionistas han desembocado en algo parecido a una secta religiosa que venera a su padre fundador. Sus ciudadanos no son los autómatas de los desfiles y juegos florales que nos transmiten periódicamente las imágenes de archivo de las televisiones globales, sino gente de carne y hueso, sufrida y oprimida. Tanto la sociedad como el régimen desean profundamente una distensión que permita reconducir los enormes potenciales del país fuera de la jaula militar en la que se encuentran.
Comentarios
Ojo, es un artículo antiguo (de 29/11/2010) y por eso no lo he puesto en actualidad. Pero tampoco lo he etiquetado en hemeroteca y sí en historia porque es un análisis de la situación que vive Corea del Norte hoy a lo largo de los conflictos bélicos que ha mantenido en el último siglo.
sintesisnianalisis para mí es suficiente.
Yo creo que aporta una visión bastanete interesante, objetiva y bien documentada. He llegado a esta noticia a través de esta nota: @sintesisnianalisis y si tiene el sello de aprovación de
Del artículo me quedaría con este párrafo:
Corea del Norte es un estado hipernacionalista y postcolonial, obsesionado por la amenaza en la que siempre ha vivido, en el que los valores confucionistas han desembocado en algo parecido a una secta religiosa que venera a su padre fundador. Sus ciudadanos no son los autómatas de los desfiles y juegos florales que nos transmiten periódicamente las imágenes de archivo de las televisiones globales, sino gente de carne y hueso, sufrida y oprimida. Tanto la sociedad como el régimen desean profundamente una distensión que permita reconducir los enormes potenciales del país fuera de la jaula militar en la que se encuentran.
Lo leí ayer a la noche y es brillante. E iba a pegar el párrafo de #1
#1 No merezco ese honor
Muy interesante!