Hace 10 años | Por jm22381 a ru.nl
Publicado hace 10 años por jm22381 a ru.nl

Por primera vez, los químicos han producido con éxito una célula artificial con orgánulos capaces de llevar a cabo las diversas etapas de una reacción química. El logro se realizó en el Instituto de Moléculas y Materiales (IMM) en la Universidad de Radboud Nijmegen. Jan van Hest y Ruud Peters crearon sus orgánulos rellenando pequeñas esferas con productos químicos, las colocaron en una gota de agua cubierta con una capa de polímero (la pared celular). Esperan aprender sobre el origen de la vida y la transición de la química a la biología.

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D

Noticia muy interesante. Pero me gustaría añadir lo siguiente:

Que lo cree un ser humano, es lo fácil. Lo difícil es que entendamos por qué mecanismos físicos naturales las estructuras biológicas tienden a formarse también sin asistencia humana.

Consideremos lo siguiente:

Una piedra o roca que observásemos ahora mismo, es una entidad física que ha "sobrevivido" a su entorno, si es que estamos viendo que todavía no ha sido destruida por nada. El hecho de que esta piedra o roca todavía no haya sido destruida por su entorno, y de que por tanto sea una "superviviente", de un modo u otro se debe a las características y atributos físico-químicos que posea dicha piedra o roca, características y atributos gracias a los cuales la roca "se da a sí misma" su supervivencia. Vale que estas características y atributos físico-químicos de la piedra o roca son muy simples, pero esta simplicidad no deshace el hecho de que, en cierto modo, ya podemos observar en la roca algo de "poseer características y atributos orientados a la propia supervivencia y auto-mantenimiento existencial".

Con esto quiero decir que, quizá el rasgo de "poseer características y atributos orientados a la propia supervivencia y al mantenimiento de la propia existencia" no sea lo que defina bien a la vida, porque este rasgo ya lo observamos en objetos tan simples como las piedras y rocas, que no están vivos.

Si ahora imaginamos que esta piedra o roca pudiese incrementar su complejidad físico-química de alguna manera, o si, en general, imaginamos que en el planeta donde exista esta piedra o roca se den ciertas condiciones meteorológicas que permitan que existan objetos más complejos físico-químicamente que las simples piedras y rocas, entonces, por supuesto, existirá una selección natural que determinará que ciertas vías de complejización físico-química sean abortadas o destruidas, mientras otras vías de complejización físico-química podrán seguir existiendo, y "sobrevivirán". Es entonces obvio que estas vías de complejización físico-química que han "sobrevivido", seguirán existiendo gracias a las características y propiedades físico-químicas que las componen, y a su relación adaptativa con el entorno, justo igual que ocurría con la piedra o roca.

Lo que quiero decir con esto es que los objetos y formaciones materiales que consigan surgir en un planeta siempre deberán poseer características y atributos físico-químicos que justifiquen y posibiliten su existencia, en relación con las condiciones del entorno; y que esta ley actúa siempre, sobre todos los objetos físicos, desde las propias rocas. Por tanto quizá no sea el hecho de "poseer características y propiedades físico-químicas que permitan la propia existencia mantenida o supervivencia, dadas las condiciones medioambientales" lo que defina la vida, porque este requisito ya está incluso en las rocas; sino que, por el contrario, quizá, en realidad, la verdadera y auténtica definición de la vida consista, simplemente, en "ser muy complejo, más complejo que las rocas". Por otra parte, desde este punto de vista, cabe entender que en objetos o entidades que físico-químicamente han alcanzado a ser mucho más complejos que las rocas y minerales, las formas y procedimientos de adaptación existencial respecto a las condiciones medioambientales serán también, en consecuencia, de un mayor grado de complejidad, y este mayor grado de complejidad en cuanto a la interacción adaptativa con el entorno puede dar una imagen de mayor grado de "especificidad en cuanto a la propia supervivencia". Así, por ejemplo, aunque una roca existe y sobrevive gracias a sus características físico-químicas, si nosotros causamos un arañazo sobre la superficie de dicha roca, entonces la roca no intentará "cicatrizar" ni "reparar" dicho arañazo, lo que es indicativo de que el nivel adaptativo de la roca es muy poco complejo; pero si nosotros causamos un arañazo sobre un cuerpo humano, entonces el cuerpo humano "cicatrizará y reparará" dicho arañazo, por lo que, en formaciones físico-químicamente más complejas (es decir, en formaciones físico-químicamente "más biológicas"), son más evidentes "las ganas de vivir", y es más evidente el "requerimiento de capacidad de auto-mantenimiento existencial", por la simple razón de que los mecanismos propios de supervivencia son, precisamente, más complejos, y con ello, más específicos y como a propósito.

En el caso de nuestro planeta, a modo de ejemplo, los monómeros de organizaron en grupos de monómeros que llamamos polímeros, seguramente porque con ello incrementaban sus posibilidades de captar nuevos monómeros, lo cual podría haber conducido indirectamente a la auto-replicación de información.

A su vez, y análogamente, los polímeros quizá se organizaron en grupos de polímeros, que formaban tejidos moleculares o membranas, es decir, células, que consistían en "cavidades digestivas" para captar con mayor éxito otras moléculas requeridas; el mayor tamaño de la agrupación o membrana de polímeros, es decir, de la célula, incrementaría las posibilidades de captar otras moléculas.

A su vez, estas células se organizarían otra vez en grupos, formando con ello nuevas "cavidades digestivas" mayores, que son los seres multicelulares, incluyendo plantas y animales. Nuevamente, el mayor tamaño facilitaría la captación de nutrientes (por ejemplo, gracias a su mayor tamaño, las plantas son más capaces de captar los elementos necesarios tanto de la atmósfera como del suelo).

Así que la vida consista más en "complejidad" que en "tener los atributos propios para ser capaz de seguir sobreviviendo", porque este segundo requisito ya está en cierto modo presente desde las rocas. Desde este punto de vista, "ser más biológico" o "estar más vivo" equivaldría a "ser más complejo" (y también a ser estadísticamente "menos probable" y, por tanto, menos entrópico).

Este enfoque de la complejidad quizá sea el que de verdad necesitamos para encontrar vida en otros planetas. Si algún día encontrásemos en algún otro planeta una actividad físico-química más compleja que los simples minerales, entonces creo que ya podríamos declarar que habríamos encontrado en dicho planeta eventos lo suficientemente "raros y singulares" estadísticamente como para considerarlos "vida", incluso aunque no se pareciesen a la vida terrestre.

Definir la vida como "complejidad", en cierto modo equivale a definirla como "rareza e improbabilidad estadística". Desde este punto de vista, la vida sería tan rara, tan extraña e improbable, precisamente porque "ser raro, extraño e improbable" es lo que llamamos "vida", es decir, la cosa se quedaría reducida a una mera cuestión definicional.