La caza se ha convertido en sustento económico para muchas personas que se encuentran en una situación alarmante como consecuencia de la Crisis. Cazadores aficionados que con la crisis no pueden pagar los precios de los permisos o que recurren al furtivismo para llenar la despensa llevándose a casa un jabalí o unas perdices. Su objetivo no es vender las piezas en el mercado, sino el autoconsumo, como una forma de apoyo para la economía familiar ante los rigores de la crisis.
Comentarios
Un poco sensacionalista:
Las cifras se asemejan a las de 2009, lo que muestra, según señalan desde el Seprona, que el miedo a sanciones penales y económicas no ha conseguido disuadir a quienes realizan estas prácticas.
Luego no crecen.
Y lo de "recurren a la caza para poder comer" se sustenta en la opinión personal de alguien, no en ningún dato contrastable.