Podemos intentar clasificar nuestros conocimientos en tres grupos: creencias, ciencias y pensamientos. Toda creencia comparte su origen social, irracional y/o cotidiano. El conocimiento científico nos proporciona verdades provisionales y normas perfeccionables. Los pensamientos cubrirían las lagunas de la ciencia, permitiendo una visión interdisciplinar de los problemas que el paradigma de espacios estancos científico aún no permite.