Ha llegado tarde, pero quizá por eso mismo el batacazo ha sido más contundente. Hasta agosto, el sector editorial no había notado seriamente los estragos de la crisis. Editores, libreros, distribuidores y autores capeaban el temporal sin grandes bajones de ventas, aunque con los dedos cruzados. Pero al fin llegó el verano de su descontento y las editoriales empezaron a recibir en sus alamacenes la devolución masiva de ejemplares no vendidos en librerías.
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La crisis llena de libros los almacenes
La crisis llena de libros los almacenes
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