El sistema político español está padeciendo una crisis de enorme envergadura que se manifiesta en múltiples y muy variadas formas, si bien la mayoría de ellas se pueden sintetizar en la creciente y acelerada desafección sobre los representantes y las instituciones políticas. Este particular sentimiento antipolítico pareciera haberse instalado de forma sólida en nuestra forma de pensar colectiva. No obstante, los trabajadores españoles revelan a través de sus opiniones y acciones que están hartos de un problema estructural más que de uno puntual
Comentarios
Nuestro país necesita una refundación política y económica, lo que debería cristalizarse en una nueva constitución y unas nuevas normas que permitan poner la economía al servicio de los ciudadanos. Porque sólo así se resuelven los problemas de las condiciones materiales de existencia, esto es, las causas de la frustración social que se manifiesta en estos tiempos.
Si los humanos empezamos a vivir en sociedad para que los más vulnerables tuvieran más opciones de sobrevivir al estar protegidos por el grupo, pero ahora resulta que los más vulnerables somos carne de cañón y se nos puede condenar a miseria y muerte, y se nos puede despojar de derechos para que la sociedad siga adelante... entonces es que la sociedad ha degenerado tanto que ha olvidado su objetivo inicial. Y sí, toca desmontarla para intentar otro tipo de sociedad que se ajuste al objetivo inicial. Se puede decir más alto, pero no más claro.