Hace pocos días el escritor y cineasta David Trueba hablaba del bien cultural que supone la inmigración, idea perfectamente respetable. Para justificarla, Trueba afirmaba que “la expulsión de los inmigrantes ilegales del sistema de salud retrata a España como un país desvencijado. Su admisión era un seguro de vida que nos protegía de cualquier brote infeccioso de manera más barata que corriendo a comprar 14 millones de vacunas, pero más aún, significaba una declaración institucional de enorme grandeza”.
Comentarios
No son revistas científicas, si nos ponemos puntillosos no van a poder decir nada.