El verano nos trae turistas y faldas cortas, con su inseparable cuota de optimismo. Pero si miramos a nuestro alrededor, ¿vemos las tiendas más llenas?, ¿vemos ocupados muchos locales de los que antes del verano tenían puesto el cartel de se alquila o se vende? ¿Han encontrado trabajo estable, o casi, muchos de nuestros amigos en paro? Yo creo que no.