Miles de jóvenes en España se gastan millones de euros al año en “ponerle la foto de una flor” a sus coches. Alerones, llantas, pegatinas, mujeres en bikini… esos accesorios son tan vitales para el funcionamiento de un automóvil como el color rosa del HP. Lo importante es que el apego que le tenemos a nuestros objetos se mantenga, pues es un factor contrario a la obsolescencia. Las prestaciones del aparato no son significativas a este nivel, estamos hablando de emociones. Y las emociones, lejos de no tener precio, rondan los doscientos euros.
Comentarios
Una vez tuve un coche que tenía un sistema de sonido que valía más de lo que me costaba un semestre de la universidad
Pero bueno, supongo que todos pasamos ciertas etapas
Excelente artículo, sí señor.
Cuánto me alegro de no ser una "fashion victim". Para una persona con poco dinero, debe de ser un suplicio.