Publicado hace 11 años por andresrguez a investigacionyciencia.es

No es lo mismo llevarse una porción de queso a la boca con un cuchillo que con un palillo o un tenedor. No solo por motivos estéticos o prácticos, sino también por cuestiones de paladar. Lo mismo sucede con el yogur: su sabor varía según si la cuchara que se utiliza para comerlo es más o menos pesada. Un reciente estudio http://www.flavourjournal.com/content/2/1/21/abstract revela que el contraste de color, el peso, la forma, el tamaño y las expectativas del cubierto desempeñan un notable papel en la percepción del sabor.