Hace 13 años | Por lmdiazmeco a lmdiaz.com
Publicado hace 13 años por lmdiazmeco a lmdiaz.com

Siempre es preciso medir nuestras palabras por una cuestión básica de adecuar nuestros pensamientos a nuestro discurso pero en el ámbito público (políticos o personalidades que por su actividad profesional o social tienen especial relevancia) esta necesidad es ineludible. Lamentablemente, la práctica suele indicar lo contrario, como evidencian los siguientes ejemplos extraídos de declaraciones públicas realizadas en los últimos días.

Comentarios

a

• ¡Combatiremos la corrupción!: Bueno, siempre que no sea en Valencia y no nos cueste votos.

Se puede ver como un toque de humor, y seguramente esa era la intención, pero a estas alturas las historias y los chistes de buenos y malos entre PP y PSOE me aburren.

Creo que la corrupción afecta a ambos partidos por igual, ambos llevan demasiado tiempo alternándose en el poder y han cultivado demasiadas amistades interesadas.

Creo que nos hacemos un flaco favor cuando para ilustrar un ejemplo de corrupción miramos a un sólo lado.

Está bien que se recomiende la prudencia al hablar, pero para ello hay que dar ejemplo.

lmdiazmeco

#1 Nada más lejos de mi intención que trazar un historia de buenos y malos, como comentas acastro.

De hecho, esa referencia concreta está directamente sacada del artículo que menciono en el texto (ni siquiera es mío).

En cualquier caso, los dos ejemplos que cito (José Socrates y diplomacia española) creo que evidencian claramente que no se trata de un problema exclusivo de ideologías sino del modo de entender la política.

Gracias, no obstante, por tu interés y por el comentario.

a

Yo no he señalado a nadie como culpable. Lo leí y no me pareció correcto. Eso es todo. Cada cual sabrá lo que hace y por qué, pero tampoco está de más tu aclaración, porque el fondo del artículo habla de una cosa que también interesa denunciar, y es la manía de los políticos de tomarnos por tontos y algunas torpezas que les delatan. Me gusta más el titular que el desarrollo del artículo.

lmdiazmeco

#3 Me parece perfecto. El propósito es poner en común no pontificar. En ningún caso acastro me he sentido ofendido, ni mucho menos. Un saludo