Partiendo de esta premisa, un equipo británico-estadounidense, dirigido por Thomas Seeley de la Universidad de Cornell en el estado de Nueva York (norte) , demostró que las abejas, mientras danzan, “imitan” esos movimientos de neuronas para comunicarse entre sí acerca de dónde van a formar su colmena. observaron cómo las abejas exploradoras descubrieron las dos cajas. Al grabar los sonidos de esta danza, se dieron cuenta de que la señal de “parar” era un choque de cabeza acompañado de un leve zumbido.
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El mundo animal es impresionante...