Hay momentos en los que nos olvidamos de que las causas de que estén ocurriendo, en esta tierra en la que moramos, determinados acontecimientos, peripecias imprevistas, extraños efectos e inexplicables e incongruentes resultados; no se deben a decisiones que, los que nos gobiernan, hayan tomado recientemente ni, tampoco, a que estemos sufriendo los efectos de algo que haya surgido por generación espontánea o de forma ilógica.
Comentarios
¡Que malos son los unos y qué buenos eran los otros!