Publicado hace 13 años por perepera a elblogdelpedagog.blogspot.com

Muchos tenemos en nuestro recuerdo la imagen del médico de familia cuando con un puro en la boca nos sentenciaba con un “deje usted de fumar”. Sus actos desmentían sus palabras y, que se sepa, pocos dejaban de fumar porque se lo dijera su médico. A los docentes nos pasa otro tanto de lo mismo cuando cargamos contra el consumismo desaforado de nuestros alumnos, lo decimos de una forma tan seria y dogmática que no nos damos cuenta que vestimos nuestra camisa Ralph Lauren o hemos dejado encima de la mesa nuestro bolso Mandarina Duck y ...