El ministerio busca evitar su asfixia financiera y la parálisis de las Fuerzas Armadas. La grave situación financiera que atraviesa Defensa, con una deuda de 26.518 millones derivada de los grandes programas de compra de armamento, ha llevado al ministerio a proponer medidas extraordinarias. Entre ellas, aplazar pagos hasta 15 años más y condonar hasta 14.000 millones en créditos a sus contratistas.