Publicado hace 14 años por sorroche a matrizdelmatiz.blogspot.com

Luces, cámaras y acción; mucha cafeína y venga, a repartir democracias por el mundo. Más que un ejemplo a seguir o algo de lo que enorgullecerse, la democracia imperialista de nuestros tiempos se ha convertido en ese tío malo que repartía caramelos con droga en la puerta del colegio, al que, por supuesto, hay que temer.