La introducción de la idea de la autonomía de la persona para decidir sobre los cuidados y tratamientos que desea recibir y, especialmente, para adoptar una resolución definitiva sobre su propia muerte, ha venido a quebrar este modelo tradicional y a abrir amplios foros de debate en el que se mezclan cuestiones de toda índole (médicas, jurídicas, éticas, filosóficas, morales, religiosas ...)