Los alumnos tienen derecho a no ser discriminados por orientación sexual e identidad de género, condición idiomática o lingüística o apariencia, sobrepeso u obesidad, entre otras razones. Así lo recoge Estatuto del Estudiante Universitario, aprobado este jueves por el Consejo de Ministros, que garantiza la participación del alumnado en la política y la gestión de las universidades.