Durante la fiesta, todo eran confetis, desparrame, aquiescencias y anuencias. No había nada que no se pudiese hacer, no había un euro mal invertido. Al día siguiente llega, claro, la resaca. Duele la cabeza, el estómago se revuelve y el mantra se repite: “No volveré a pasarme más”. Hasta que llega la siguiente juerga.
Comentarios
citius, altius, fortius y pwnius. #pwned
Mierdus para tudus.