Un admirador de Umbral le aplica, para despedirse de él, su propia medicina satírica, la misma con la que el difunto zahería a diestro y siniestro. Y héte aquí que algunos en la capital (quizás de esos que son críticos con todo menos con lo que deben), no toleran el atrevimiento del chaval, y éste se ve obligado a demostrar que no escribió aquel el artículo a la ligera (aquí tenéis la aclaración, que incluye link al original).
Comentarios
Me pregunto dónde estaban todos estos valiente críticos cuando Umbral estaba vivo...
Aqui otro zrtículo homenaje a Umbral:
http://www.2tiposdeinteres.blogspot.com/