Hace 12 años | Por stigmata a diariosur.es
Publicado hace 12 años por stigmata a diariosur.es

Una oficina en la que los empleados van de un lado para otro rodando sobre un monopatín, donde gozan de masajes gratis o una empresa que acaba comprando el garaje que sus fundadores alquilaron para ponerla en marcha, poniendo a su entonces casera en un puesto ejecutivo que le ha permitido hacerse millonaria. Ese es el lado más romántico de Google que, aunque sigue manteniendo su cara amable, esta ha quedado sepultado por una profunda metamorfosis que le ha llevado a ser una de una de las empresas más valoradas y más temidas de la última década.