La historia ocurrida ayer por la tarde en el número 64 de la calle de la Verja de Usera hizo temblar a todo un barrio. Los vecinos se quedaron de piedra cuando se enteraron de que Benigna Herranz, una mujer muy popular en la zona de 90 años, llevaba varios días muerta sobre la cama. Más perplejos acabaron al saber que su hijo Leo, de 50 años, no había comunicado a nadie su muerte y que llevaba varios días conviviendo con el cadáver de su madre.
Comentarios
Es que tenían una convivencia de muerte.
Con la pensión de la madre la cuesta de Enero es menos cuesta... y la pasta de los funerales...