Un día en Gaza, como otro cualquiera. Ataques aéreos, conflictos, ya sabéis. Plantearos por un segundo estar ahí, viviendo esa locura, y que en un momento determinado digas ¡basta! y puedas salir de ahí. Coges un avión y te vas. Viéndolo así, que sentirías. Sería como un parque de atracciones bastante macabro. Vives rodeado de bombas, coges un avión que salga de esa situación a cualquier otro sitio, y ya está, sales de esa pesadilla. Pero esto no es un sueño, y ellos no pueden coger un avión cuando digan basta.