Lo había amenazado durante la campaña presidencial y también planeaba matar a "docenas de personas, sobre todo afroamericanos".Durante el juicio, el acusado Paul Schlesselman se había declarado culpable y admitió haber conseguido armas, entre ellas una escopeta, para alcanzar su objetivo. El complot incluía una seguidilla de ataques, allanamientos y crímenes, que finalizarían con el asesinato de Obama.
Comentarios
En ese país de locos, si enviaran a la carcel a todos los que planean asesinar a un presidente, habría más gente entre rejas que en la calle.