Por el respeto a los derechos humanos y sin ilusiones ingenuas de paz. Una visión realista de cómo podría respetarse la vida de los civiles que se encuentran en medio de una guerra que, hasta ahora, no tiene cuartel. Salvando las distancias de las respectivas responsabilidades que deben recaer sobre las partes, resulta increíble comprobar cómo, al leer, los mandamientos pueden -y deberían- ser aplicados a ambos.