Publicado hace 14 años por ingenierodelmarketing a nopuedocreer.com

Vamos a Indianapolis (Indiana, EE.UU.). Hacia las ocho de la mañana un par de ladrones, armados de escopeta y pistola, irrumpen en una casa porque es mucho más divertido “robar que de pedir”. La familia habitante de la casa está dentro, pero no importa: entran a culatazos, amordazan tanto al padre de familia como a su mujer e hijo de 14 años. Ya sabéis cómo son los llantos de los bebés. Y como al crío no se le puede atar ni entiende eso de callarse a punta de pistola, se dedice una solución alternativa...