Hace 14 años | Por Matroski a ison21.es
Publicado hace 14 años por Matroski a ison21.es

Era admirable y sorprendente, y al principio nos sentimos orgullosos. Ya no había que ir a la compra cargado de recipientes: la bolsa del pan, la lechera, la huevera, la botella de aceite, el casco del refresco o el del yogur, la botella para el vino, los cascos de la gaseosa o del sifón… Los envases iban y venían y como mucho se intercambiaban, y no había más envoltorios que los del papel necesario para cubrir la mercancía que no podía depositarse directamente en la bolsa de la compra, papel que, una vez en casa, se reutilizaba.