No les importa a los salafíes que el turismo se hunda, si los visitantes no aceptan la separación de hombres y mujeres en las playas, la prohibición del alcohol o el cubrimiento, cuando no la destrucción, de las obras del pasado faraónico. A los Hermanos Musulmanes les será difícil resistir la arremetida, ante todo porque se ven desbordados en el terreno de la ortodoxia. ¿Y los revolucionarios que desde la plaza de Tahrir arriesgaron sus vidas por acabar con la dictadura? De poco ha valido la lucha por la democracia: un 3,5 por 100 de votos.
Comentarios
¿Alguien esperaba otra cosa?
El inmovilismo del pueblo mata la democracia y las revoluciones, tiene que haber otra manera.