Hacia mediados de los años 30, el III Reich inició un saqueo sistemático de las grandes obras de arte europeas. Museos y coleccionistas privados sufrieron los excesos de un régimen ansioso de acaparar bienes y riquezas, con los que comerciar o engrosar sus propias colecciones y museos nacionales. Un suculento negocio que involucró a otros países como España, convertida en zona de tránsito y de actuación para contrabandistas y aventureros.
Hay un montón de historias jugosas sobre el asunto. Y algunas muy retorcidas...
¿Os imagináis, por ejemplo, pro qué nunca acabó Picasso, comunista convencido, en un campo de concentración a pesar de estar en Francia cuando llegaron los nazis?
Comentarios
Hay un montón de historias jugosas sobre el asunto. Y algunas muy retorcidas...
¿Os imagináis, por ejemplo, pro qué nunca acabó Picasso, comunista convencido, en un campo de concentración a pesar de estar en Francia cuando llegaron los nazis?
Unas cañas virtuales al que lo sepa.