Cuesta trabajo imaginar cómo, en medio del caos general causado por las dos explosiones atómicas, con la capitulación y la ocupación sobre ellos, los japoneses lograron mantener la serenidad y eficacia necesaria para rodar este extraordinario e impar filme. Pero apenas terminado el rodaje, y llevado a cabo el montaje con banda sonora, procedieron de inmediato y ocuparon la película, llevándola a los Estados Unidos.
Comentarios
Este relato sin el titulo del documental o enlace a donde se pueda ver queda bastante cojo.