Hace 14 años | Por --83133-- a diariovasco.com
Publicado hace 14 años por --83133-- a diariovasco.com

Es lo que hacemos comúnmente. En situaciones en las que se nos promete alguna incomodidad, por pequeña que sea, pasamos al otro lado. El otro lado de la calle es, en cierto modo, como el burladero en las plazas de toros. El otro lado pudo ser, también, en un tiempo ya pasado, un tipo de lado enfrentado, la acera de enfrente por donde transitaban gentes de apetitos sexuales distintos, cosa que, dados ciertos prejuicios sociales de época. Y es «otro lado» cuando, por ejemplo, en el lado por el que transitamos, está un indigente que, de pie o...