Un equipo de investigadores de Singapur, ha desarrollado una batería del tamaño de una tarjeta de crédito que funciona con orina. El uso de esta tecnología proporcionaría la energía necesaria para hacer funcionar los dispositivos electrónicos que analizan la orina u otros fluídos corporales (lágrimas, sangre o semen), muy comunes en el tratamiento y diagnóstico de enfermedades como la diabetes, incluso en áreas remotas donde se carece de electricidad.
Comentarios
yo ya no la mandé porque es antigua la noticia, del año pasado... quizás aquí no haya salido aún y la gente quiera votarla, pero al menos te aviso...
Cierto, es de Septiembre del año pasado, pero no la ví por aquí y me pareció interesante.
Gracias de todos modos