La señora Thackenbury, uno de los personajes de Saki en “Doce cuentos malévolos” se pregunta por qué esa licencia no se permite a la recíproca. Efectivamente. La cuestión es que no hay cauces para mostrar nuestros sentimientos hacia personas a las que simplemente no soportas. Por ello, se plantea lo alegre que sería consagrar un día aparte para saldar viejas deudas y rencillas, un día en el que uno pudiera permitirse ser elegantemente vengativo con los integrantes de una entrañable lista de “gente con la que resolver disputas”.