Nacieron como dos bebés sanos y fuertes, pero a los dos años su cuerpo empezó a envejecer de forma acelerada. Con diez años, Néstor y Guillermo ya eran dos niños-viejos: se quedaron sin pelo, su piel se arrugó, apenas crecían y sus huesos empezaron a debilitarse como los de un sexagenario. Su diagnóstico parecía claro, padecían progeria, una extraña enfermedad que causa el envejecimiento prematuro en plena infancia y sitúa la esperanza media de vida en 15 años.
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Documental sobre la progeria emitido en cuatro:
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