Hace 13 años | Por Pierre a efeverde.com
Publicado hace 13 años por Pierre a efeverde.com

Son numerosas las ocasiones en las que no hay juego sexual sin engaño, ni entre los humanos, ni tampoco en la propia naturaleza. La orquídea, esa flor exquisita que se regala para expresar la singularidad de la agasajada, es un exponente de lo más sorprendente y diabólico del mismo.

Comentarios

Robus

O sea, que la orquidea es una "calientabraguetas"

Pos menos mal que no se estudia "el lenguaje de las flores" hoy en día... roll