Hace 10 años | Por vetusta a lne.es
Publicado hace 10 años por vetusta a lne.es

El fraude y la explotación conviven en la economía sumergida, pero la esclavitud vive en la economía subterránea. Da miedo pisar las rejillas de la acera sobre la antigua carbonera, porque debajo puede haber un taller textil ciego, sordo, mudo y preso que, estando en suelo patrio, no está en ningún país, ya que no se rige por ninguna ley internacional, ni nacional, ni local vigente. No es que esté en tierra de nadie, es que vive en tiempo de nadie, explotando al humano por el humano, como en el esplendor del Antiguo Egipto o como...

Comentarios

Amalfi

Eso por desgracia ha existido siempre lo mismo que el trabajo sumergido para ganar algo más, la pena que la mayoría de estas personas sobre todo, de Asia y de Europa de la antigua este, como del norte de África vienen engañadas, y luego son obligadas a trabajar en condiciones inhumanas, en la prostitución y son marcadas como animales, esto hay que tener un mayor control de fronteras, y actuar contra las mafias que se aprovechan de esto, una verdadera asquerosidad en pleno siglo XXI.