Las venas están en proceso de abrirse y lejos estamos de conocer a donde nos llevará el proceso de debate en el que estamos inmersos. En los últimos cinco años los españoles han vivido con un sentimiento que se mueve entre la incredulidad y la culpabilidad por la degradación de las expectativas tanto personales como colectivas, provocando una peligrosa y desalentadora sensación de pesimismo y esquizofrenia social.