¿Recuerda usted el encarecimiento de las materias primas, incluidos los alimentos, que se vivió a partir de finales del 2007 y que fue singularmente alarmante durante la primavera del pasado año? Pues el fenómeno que parecía superado, se repite y esta vez amenaza con tener efectos de mayor extensión y cuantía debido a la crisis; sobre todo, en aquellos países que son manifiestamente dependendientes de las importaciones, máxime si se trata de petróleo y de alimentos.