Hace 17 años | Por canon_digital a clarin.com
Publicado hace 17 años por canon_digital a clarin.com

[c&p] Lo mío no fue un secuestro, sino una tortura, tanto psicológica como física, religiosa, política, existencial. Quince días que me parecieron quince años. (...) Soy un taskfir, un infiel. El agua, la comida, los objetos que toco, me pertenecen sólo a mí. Ninguno de los carceleros puede tocarlos. Duermo mucho, pero también pienso mucho. Pienso qué hacer, qué decir, cómo actuar. Tengo un único objetivo: demostrar que no soy un espía. Mido las respuestas. Es difícil hacerles entender la diversidad de nuestra sociedad.