Oye, qué horror, qué padecimiento: algunos meses oscilando entre el segundo y el tercer puesto del ránking ATP. Eso es sufrir y no lo de la familia Fritzl.
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Oye, qué horror, qué padecimiento: algunos meses oscilando entre el segundo y el tercer puesto del ránking ATP. Eso es sufrir y no lo de la familia Fritzl.