Con un porcentaje de euroescépticos creciendo exponencialmente cada mes que pasa, las instituciones comunitarías deben alejar del imaginario colectivo la idea de que el “cielo europeo caerá sobre nuestras cabezas”. Si el poblado galo de Asterix y Obelix echaba mano de su “poción mágica” cada vez que recibía algún ataque, la Europa actual desconoce fórmula alguna que frene a los mercados y especuladores financieros.
Comentarios
Spam @cuscusa