Hace 12 años | Por --288526-- a tampabay.com
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Hy Levy vivía en el terror de lo que sucedería si no cumplía con sus cuotas, con un objetivo de ventas semanal de $ 200.000. El dinero debía pagarlo todos los jueves sobre las 2 p.m. No había excusas.A menudo, cuando no podía, sus jefes lo exiliaban a la cocina a fregar, o bien le hacian comer sólo frijoles y arroz toda la semana. Públicamente lo humillaban, le llamaban perdedor, saboteador. Le gritaban en la cara, maldiciendo y llamándolo "hijo de puta sin alma". En inglés.