Hace 12 años | Por trepper a lavanguardia.com
Publicado hace 12 años por trepper a lavanguardia.com

No todo el mundo es igualmente responsable de lo que está pasando, pero son legión los que han compartido la negligencia moral. Ahora el patio está lleno de quejas e indignaciones. Algunas hipócritas, otras muy justificadas. La suma de crisis económica y total desprestigio de la cosa pública es diabólica: la historia recuerda que en estas circunstancias puede pasar lo peor. Pero no quería hablar hoy de este peligro, sino del profundo agotamiento que coloniza el corazón de nuestra mejor gente.

Comentarios

A

Excelente artículo. Yo añadiría que en nuestra cultura no ha calado todavía la conciencia de lo público. Parece que lo que es público no es de nadie y no merece respeto. Sólo así se entiende la despreocupación por la corrupción política y el descaro con el que, no sólo se defrauda a Hacienda, sino que además se hace alarde de ello. También podemos apreciar esto en otras pequeñas cosas como la falta de respeto y cuidado por el mobiliario público o por los medios de transporte. Esa es una asignatura que tenemos pendiente.