Desde que se comenzó a incluir la etiqueta en la caja de los antidepresivos -con ribetes negros y considerada la advertencia más grave- se han sucedido estudios para dilucidar la influencia real de estos fármacos en el riesgo de suicidio. Ante los nuevos datos que determinan que también aumentan el riesgo de pensamientos y comportamientos suicidas en la población adulta joven, la FDA considera necesario ampliar la advertencia.