Nada del otro mundo, una anodina pista asfaltada en medio de un desierto de lo más aburrido. Pero, si detenemos nuestro vehículo y comenzamos a ascender en vertical, lo que veremos allá abajo seguro que nos causa sorpresa. Antes de mirar al suelo, consultaremos un mapa, y empezaremos a pensar que algo extraño sucede, porque la cartografía nos enseña una intrincada maraña de calles, toda una ciudad de considerable tamaño. Emulando lejanamente a las antiquísimas líneas de Nazca de Perú, la red de calles invisibles a nivel del suelo son lo único
Comentarios
#0 Leches, me estaba planteado enviarla...
Eso me pasa por lento.