Imagina que te invitan a una fiesta. Al llegar, tu anfitrión escribe un número en tu frente. Hay un gran grupo de hombres y mujeres, cada uno de ellos lleva escrito en la frente un número entre el 1 y el 10. No hay espejos en toda la casa y te resulta imposible saber cuál es tu número y en un proceso natural de adecuación buscas tu rango, la escala a la que perteneces. Al igual que en la fábula del zorro y las uvas, surgirá en nosotros una predisposición hacia el desdén por todo aquello que no podemos tener y que está lejos de nuestro alcance.
Comentarios
Pues no vayas a la fiesta. Punto.
Jod*r, con qué ligereza se toman algunos los estatus laborales dentro de la empresa. Hay algunos que sólo están en la empresa para "trepar" ¿le sonará al autor de este texto? "TREPAR", de ahí viene el nombre de "trepa": caradura que no produce pero que escala inmerecidamente en el organigrama de la empresa... a costa del trabajo ajeno.
Entrando en materia de esta metáfora, TODOS deberíamos tener un 1 tatuado en la frente, en esa puñetera fiesta. Y al que tenga un 9 o un 10, y encima lo exhiba de un modo tan provocativo, se le aísla por completo, a él y a todos los "pelotas" que le rodean.
EDITO: ya me ha agriado el momento Me voy a jonéame para reírme un poco...