Una libreta es, a menudo, un puñado de hojas donde la monotonía se impone de principio a fin. El diseño de las páginas se perpetúa desde la primera hasta la última. No hay emoción al pasar la página. La imagen que sigue es previsible. Pero lo cotidiano tiene grietas por donde surgen proyectos disidentes. De ahí salió Fink, unos cuadernos que abominan de la tiranía de la uniformidad.
Comentarios
yo quiero una!